¡Controla tus temores!
El miedo es una de las emociones más comunes y naturales del ser humano, pero:¿Hasta qué punto es “normal” sentirlo? El psicólogo Ricardo Pichardo Viñas, al hacerle esa pregunta nos responde que el miedo es una emoción primaria, natural y hasta es beneficioso en su justa medida. ‘‘Es totalmente normal experimentarlo, ya que nos prepara, y nos ayuda a la supervivencia y a la autorregulación. Es como un mensajero que nos alerta ante cierto peligro. Sin embargo, si bien es cierto que esta emoción es natural sentirla, lo que no es normal es dejar que nos domine totalmente, y nos impida realizar nuestros propósitos y nos estanque’’. En ese sentido, nos advierte que muchas veces el miedo nos domina cuando no somos capaces de lanzarnos, y atrevernos a conquistar lo que queremos por miedo a no ser suficiente o a no ser amado.
El Miedo: Una Telaraña Infinita
Podríamos decir que miedos hay, como personas en el mundo. Cada cabeza es diferente, y solo basta con preguntarle a alguien sobre sus temores y nos damos cuenta de la gran diversidad que puede existir en el interior de cada quien. Ricardo, al respecto, nos explica que tenemos muchos miedos, pero dos de los más terribles son: el miedo a no ser suficiente y el miedo a no ser amado. Afirma: ‘‘El primero se refiere a ese temor de no satisfacer las expectativas que tienen los demás sobre mí, a quedarme corto, a no ser suficientemente eficiente como se espera. El segundo es el más cruel de todos y es aquel que se refiere a que no me valoren, no me reconozcan, no me aplaudan, no me tomen en cuenta, a que no me aprueben o que no me amen. Es precisamente, por este último, muchas personas temen a enfrentar conflictos, ya sean de pareja, con compañeros de trabajo o amigos de toda la vida, ya que tienen miedo a que si planteo mi punto de vista, se incomoden conmigo y ya no me quieran o me abandonen’’.
Podríamos decir que miedos hay, como personas en el mundo. Cada cabeza es diferente, y solo basta con preguntarle a alguien sobre sus temores y nos damos cuenta de la gran diversidad que puede existir en el interior de cada quien. Ricardo, al respecto, nos explica que tenemos muchos miedos, pero dos de los más terribles son: el miedo a no ser suficiente y el miedo a no ser amado. Afirma: ‘‘El primero se refiere a ese temor de no satisfacer las expectativas que tienen los demás sobre mí, a quedarme corto, a no ser suficientemente eficiente como se espera. El segundo es el más cruel de todos y es aquel que se refiere a que no me valoren, no me reconozcan, no me aplaudan, no me tomen en cuenta, a que no me aprueben o que no me amen. Es precisamente, por este último, muchas personas temen a enfrentar conflictos, ya sean de pareja, con compañeros de trabajo o amigos de toda la vida, ya que tienen miedo a que si planteo mi punto de vista, se incomoden conmigo y ya no me quieran o me abandonen’’.
‘‘EL MIEDO nos paraliza y nos deja muchas veces inmóviles. Nos asusta el cambio, lo que no conozco, cuando lo único constante en la vida es precisamente el cambio’’.
¡Cuidado cómo Educas!
Aún de adultos, tenemos muchos miedos absurdos que hasta vergüenza nos da reconocerlos y esto se debe, generalmente, a nuestra educación inicial, según nos amplía Ricardo: ‘‘Desde niños nos crían con miedo a todo. Nos amenazan con el “monstruos” o el famoso “cuco”. En el peor de los casos, nos dicen que debemos portarnos bien para que Papá Dios no nos castigue. De esta manera, crecemos con miedo incluso a equivocarnos, porque inmediatamente tendremos una consecuencia no agradable o negativa. Hay que reconocer que las palabras tienen poder, sobre todo si vienen de las principales figuras de apego.
Aún de adultos, tenemos muchos miedos absurdos que hasta vergüenza nos da reconocerlos y esto se debe, generalmente, a nuestra educación inicial, según nos amplía Ricardo: ‘‘Desde niños nos crían con miedo a todo. Nos amenazan con el “monstruos” o el famoso “cuco”. En el peor de los casos, nos dicen que debemos portarnos bien para que Papá Dios no nos castigue. De esta manera, crecemos con miedo incluso a equivocarnos, porque inmediatamente tendremos una consecuencia no agradable o negativa. Hay que reconocer que las palabras tienen poder, sobre todo si vienen de las principales figuras de apego.
Las palabras de los padres forman de manera contundente la personalidad de los niños. Con los niños hay que validar sus emociones, y no ignorarlas o decirle que actúan como bebés o que son mentirosos o cobardes. Si por ejemplo le tiene miedo a los “monstruos”, (uno de los miedos más comunes en los niños), no es sano ignorar ese sentimiento y mucho menos reírse de él. Esto provocará que entienda que sentir miedo no está bien, y lo que hará es callarse cuando lo sienta y esto rompe con la comunicación vital y fluida que debe tener con sus padres, ya que aprenderá a no tenerles confianza para contarles sus sentimientos’’. En ese sentido, el experto nos aconseja que lo ideal es que como padre, madre o tutor; revisen junto con el niño todos los rincones de la habitación, el armario, para comprobar que no hay nada de qué temer’’. Agrega que es aconsejable, en dado caso, que se le deje una pequeña luz encendida en su habitación hasta que pueda superar este miedo. Se debe asegurar que no está solo que sus padres están ahí para cuidarlo y asegurarle que nada malo le pase. Esto se puede también extrapolar a otros miedos’’, afirma Ricardo.
Súbete al TREN DEL CAMBIO
El psicólogo dice que como el miedo es una emoción primaria que nos cuida y nos advierte del peligro, nos obliga a reaccionar ante el estímulo que tenemos enfrente, y a esto se debe esa sensación desagradable de que debemos tener precaución, ya que puede haber algo que nos haga sufrir. Sin embargo, como individuo también debemos tener la capacidad de no dejar que estos nos dominen. ‘‘El miedo es bueno sentirlo. Es un mensajero, una alerta de nuestro cuerpo ante una situación de peligro. Es un mecanismo de defensa’’, agrega. Muchas veces pensamos que una persona valiente es sinónimo de que no tiene ningún tipo de temor, no obstante, Pichardo apunta lo siguiente: ‘‘La valentía no es ausencia de miedo, es más bien el impulso a hacer las cosas a pesar del miedo. Quizás el miedo no se vaya nunca, y si esperamos a que se vaya, pues nunca haremos nada. Lo que debemos hacer es a pesar de él, lanzarnos; lo peor que nos puede pasar es equivocarnos, y eso también nos sirve como lección y aprendizaje, si lo manejamos adecuadamente. Si una persona por su cuenta no puede controlarlos; para eso estamos los psicólogos para montarlos pronto en el tren del cambio’’.
El psicólogo dice que como el miedo es una emoción primaria que nos cuida y nos advierte del peligro, nos obliga a reaccionar ante el estímulo que tenemos enfrente, y a esto se debe esa sensación desagradable de que debemos tener precaución, ya que puede haber algo que nos haga sufrir. Sin embargo, como individuo también debemos tener la capacidad de no dejar que estos nos dominen. ‘‘El miedo es bueno sentirlo. Es un mensajero, una alerta de nuestro cuerpo ante una situación de peligro. Es un mecanismo de defensa’’, agrega. Muchas veces pensamos que una persona valiente es sinónimo de que no tiene ningún tipo de temor, no obstante, Pichardo apunta lo siguiente: ‘‘La valentía no es ausencia de miedo, es más bien el impulso a hacer las cosas a pesar del miedo. Quizás el miedo no se vaya nunca, y si esperamos a que se vaya, pues nunca haremos nada. Lo que debemos hacer es a pesar de él, lanzarnos; lo peor que nos puede pasar es equivocarnos, y eso también nos sirve como lección y aprendizaje, si lo manejamos adecuadamente. Si una persona por su cuenta no puede controlarlos; para eso estamos los psicólogos para montarlos pronto en el tren del cambio’’.
¡ROMPE TUS LIMITACIONES!
Dice una frase del gran filósofo Aristóteles: ‘‘Es más valiente el que vence sus miedos, que aquel que vence a sus enemigos, porque la victoria más grande es sobre uno mismo”. Entendemos que en el momento que el miedo nos domina, es indispensable controlarlo sabiamente, entonces, ¿cuál es el camino del cambio? Pichardo concluye diciéndonos: ‘‘Muchas personas se quedan ancladas en su pasado, de hecho, les sirve de justificación para en muchos casos no asumirse o asumir responsabilidades. Es bueno hacer una lista con estos miedos que tengo, sentarme conmigo mismo y poner por escrito con “nombre y apellido”, cuáles son esos miedos que tengo. Dicen que los fantasmas de lejos dan más miedo que los de cerca. Asimismo pasa con esas cosas a las que tenemos, cuando somos capaces de mirarlas de cerca, de llamarlas por su nombre, nos damos cuenta que no son tan terribles como pensábamos o tan peligrosas como imaginábamos. Es importante aclarar que existen fobias, que no son más que miedos irracionales a situaciones, ambientes, animales, entre otras. Para estos casos sí es recomendable buscar ayuda profesional, si el individuo siente que realmente no lo puede manejar’’.
Dice una frase del gran filósofo Aristóteles: ‘‘Es más valiente el que vence sus miedos, que aquel que vence a sus enemigos, porque la victoria más grande es sobre uno mismo”. Entendemos que en el momento que el miedo nos domina, es indispensable controlarlo sabiamente, entonces, ¿cuál es el camino del cambio? Pichardo concluye diciéndonos: ‘‘Muchas personas se quedan ancladas en su pasado, de hecho, les sirve de justificación para en muchos casos no asumirse o asumir responsabilidades. Es bueno hacer una lista con estos miedos que tengo, sentarme conmigo mismo y poner por escrito con “nombre y apellido”, cuáles son esos miedos que tengo. Dicen que los fantasmas de lejos dan más miedo que los de cerca. Asimismo pasa con esas cosas a las que tenemos, cuando somos capaces de mirarlas de cerca, de llamarlas por su nombre, nos damos cuenta que no son tan terribles como pensábamos o tan peligrosas como imaginábamos. Es importante aclarar que existen fobias, que no son más que miedos irracionales a situaciones, ambientes, animales, entre otras. Para estos casos sí es recomendable buscar ayuda profesional, si el individuo siente que realmente no lo puede manejar’’.
Tomado de, listindiario.com
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